N razones para mandar a un cliente a freír espárragos
A ver, que “n” pueden ser muchas, y no te voy a dar tantas.
Te voy a dar alguna:
Una:
Cuando detectes problemas para cobrar.
¿Y eso cómo se ve?
Hombre, pues a veces es complicado. Otras no tanto.
Una buena señal suele ser cuando la obra ha sido abandonada por otra empresa. O por más de una.
En este caso, si es por culpa de la otra empresa, el cliente seguro que está con las espadas fuera. ¡Peligro!
Y si es por falta de pago, ¿dónde vas?
Otra:
Cuando el potencial cliente ha hecho “sus deberes”, ha buscado por internet, y te intenta explicar que tus precios están mal calculados porque los precios de los materiales son tal y cual, y la mano de obra tanto, etc.
Pero se olvida de los gastos indirectos y del beneficio.
A ver.
Que todo nos podemos equivocar, y tener un precio mal calculado.
No te digo que no, y si hay un error, se corrige.
Pero de ahí, a que alguien te diga cuales deberían ser tus números, para que le salgan a él los suyos, el cuento cambia.
Y más razones que no te cuento ahora, porque las vamos a ver en la próxima tutoría de Gesso Comunidad.
¿Te gustaría asistir?
Solo tienes que apuntarte. 29 € tienen la culpa.
¡Hasta mañana!
Juan Ramón Moreno
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