Mejor perder que “más perder”
Imagínate que te compras unos zapatos, y aunque te aprietan un poco, confías en que cederán.
Pero te han salido cabezones, y no ceden.
O por lo menos no lo suficiente para que dejen de hacerte polvo los pies.
Tienes tres opciones:
Ir a la tienda para devolverlos, e intentar convencer al tendero de que el desgaste de la suela, y olor a queso de cabrales, venía de fábrica
Ponerte los zapatos, hasta que se rompan del todo y los tires.
Eso sí, con todo el dolor de tus pies.
Tirarlos a la basura, con todo el dolor de tu corazón, y comprarte otros sirvan a tus propósitos.
Que principalmente será andar cómodo y sin sufrir en silencio.
Supongo que habrás elegido la tercera, porque la primera no suele dar buen resultado, y la segunda menos.
Pues ahora, esto mismo, lo aplicas a cualquier decisión empresarial que hayas tomado.
Que puede ser acertada, o no.
Si es acertada, y satisface los propósitos que la motivaron, fenomenal.
Pero si parecía una buena decisión, y resulta que no, que te equivocaste, pues mala suerte.
Ahora es cosa tuya decidir si adoptas la solución que te sirva, o si bien persistes en utilizar algo que ya sabes que no.
¿Qué crees que va a ser más caro para tu empresa?
Pues eso, que puede parecer que dar marcha atrás es malo. Pero seguir por el camino que te lleva al precipicio, es bastante peor.
¿Qué te recomiendo?
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Aquí es
¡Hasta mañana!
Juan Ramón Moreno
Metodología, Herramientas y Acompañamiento
Ingredientes necesarios para que la empresa sea más rentable.
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