Mejor con ejemplos que con disgustos

Esto de aprender a base de experiencia tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

¿La principal ventaja?

Pues que cuando estas gestionando una obra (o la empresa), y te dan un estacazo en todo el lomo, ese se te queda ahí grabado para toda la vida, y ya no se te olvida.

A ver, no se te olvida el estacazo siempre y cuando te hayas dado cuenta, que podría no ser el caso.

Es decir, si después del supuesto estacazo tu lo ves como algo normal, pues entonces es que has normalizado la situación y no estas aprendiendo nada.

Por ejemplo:

imagínate que 1 de cada 5 clientes se resiste a pagarte la última certificación, y en lugar de analizar la causa real, te limitas a rasgarte las vestiduras, a clamar al cielo y a echarle la culpa al mundo.

Pues eso.

¿Y cuál es el inconveniente?

Te voy a dar dos.

El primero que ese aprendizaje te puede costar mucha pasta.

Y el segundo es que, como no te des cuenta, el descalabro puede ser mayúsculo.

O sea, que mejor que sufrir los bastonazos poco a poco y a lo largo de los años, es formarse y saber dónde mirar, y cómo mirar, para prevenirlos.

—“¿Y esa formación me va a costar dinero?”

—Naturalmente. Ahora bien, solo tienes que preguntarte que te cuestan más, si los disgustos, o los ejemplos.

Una vez averiguado eso, la respuesta la tienes tú.

¿Qué ya estás más de 20 años y lo tienes todo claro, y no vale la pena pagar por algo que ya sabes?

Fenomenal. No tienes que hacer nada.

¿Que quieres aprender de la experiencia de otros, por si acaso hay cosas que se te escapan?

Enhorabuena. Has elegido para tu empresa la solución más barata.

Porque la anterior, aunque no lo creas, es muy cara.

¿Y eso cómo puedo saberlo?

Pues porque hay una frase que se repite mucho:

“Si yo hubiera sabido esto, otro gallo cantaría”

Y te doy otra frasecita:

“Si todo esto me lo hubieran contado cuando empecé, no me habría pasado lo que me pasó”

Así que ya sabes:

·         Opción 1. Me gusta recibir bastonazos. No hagas nada.

·         Opción 2. No quiero más disgustos. Aprieta aquí.

Fácil.

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¡Hasta mañana!

Juan Ramón Moreno

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